lunes, 24 de octubre de 2016


 En relación al consumo y el mercado

JÓVENES Y CONSUMOS CULTURALES
  
Los años de la década de 1990 mostraron las consecuencias de políticas neoliberales y junto a ellas la globalización supuso la interacción entre las actividades económicas y la cultura,planteando un nuevo escenario sociocultural. Algunas de las características que mostró ese escenario incluyeron la pérdida de peso de los organismos locales ante los grupos de empresas  transnacionales; el redimensionamiento de la noción de espacio; la reelaboración del sentido de identidad nacional; la desterritorialización y la posibilidad de incorporar en su vida cotidiana medios electrónicos e informáticos que permiten superar los límites geográficos y temporales. Esta reestructuración de las prácticas económicas y culturales genera nuevas prácticas sociales. Como expresó García Canclini (1995) “en el momento en que estamos saliendo del siglo XX las sociedades se reorganizan para hacernos consumidores del siglo XXI y regresarnos como ciudadanos al XVII.

Consumir es un conjunto de procesos socioculturales. No son las necesidades individuales las que determinan qué, cómo y quiénes consumen. La distribución de los bienes está condicionada por los ciclos de producción y reproducción social e implica participar en un escenario de disputas por lo que la sociedad produce y los modos de usarlo. Asimismo, en las sociedades contemporáneas, la racionalidad de las relaciones sociales se construye en granparte para apropiarse de los medios de distinción simbólica (García Canclini; 1994) Bourdieu (1996:134) afirma que el consumo conlleva símbolos, signos, ideas y valores y todos ellos son el producto de los condicionamientos de clase y de los habitus, o sea de las estructuras mentales a través de las cuales se aprehenden el mundo social y orientan lasprácticas. Los diferentes objetos de consumo funcionan como signos distintivos y como símbolos de distinción.García Canclini (1993:34) por su parte sostiene que “es posible definir la particularidad del consumo cultural como el conjunto de procesos de apropiación y uso de productos en los que el valor simbólico prevalece sobre los valores de uso y de cambio o dónde al menos estos últimos se configuran subordinados a la dimensión simbólica”. 

Emilia Bermúdez (2001:11) propone definir el consumo cultural, “como un proceso en el que los actores sociales se apropian y hacen circular los objetos atendiendo a su valor simbólico y a través de este valor simbólico interactúan, resignifican y asignan sentido a sus relaciones y construyen sus identidades y diferencias”. 
La educación es un elemento esencial del desarrollo cultural. Las instituciones educativas no sólo forman parte de las consideradas instituciones dominantes que contribuyen en la adquisición y desarrollo de las identidades sociales, sino también sus organizaciones instituidas – escuelas, universidades- son los espacios apropiados para la creación, desarrollo y difusión del conocimiento. Los actores sociales son quienes ponen en acción los mecanismos que permiten la construcción de esos espacios sociales. Los jóvenes son parte del entramado social y, como colectivo sociogeneracional, presenta sus peculiaridades. Por consiguiente, los consumos culturales de los jóvenes constituyen el conjunto de elementos y prácticas socioculturales de las cuales se van apropiando a partir de su valor simbólico, más que de su valor de uso. Estos consumos determinan modos de acción y afectan la identidad social al tiempo que actúan como elementos de distinción. 

La vida cotidiana es una esfera en construcción todo hombre al nacer se incorpora a un mundo que preexiste. No se cuestiona la presencia de otros ya que desde el comienzo es un mundo intersubjetivo, compartido, experimentado e interpretado con los semejantes. (Schütz, A: 1993) Esta esfera es la que corresponde al mundo de la vida cotidiana que constituye el centro de la historia por ser la verdadera esencia de la sustancia social. (Heller, A: 1985) 

El hombre participa en la vida cotidiana con todos los aspectos de su personalidad y su individualidad. Desde esta perspectiva ella supera el espacio doméstico y la heterogeneidad que caracteriza su estructura permite su comprensión como un espacio de atravesamiento y relaciones que mutuamente se influyen y modifican. El acercamiento al nuevo espacio de análisis puede ser efectuado desde la comprensión ingenua que se ejercita en la vida diaria o desde la comprensión que proviene desde las ciencias sociales. La diferencia sustancial entre ambas miradas está dada en que en el primer acercamiento la vida cotidiana se limita a ser vivenciada, mientras que al realizar la comprensión como cientista social implica reflexionar sobre la misma. Al considerarla una categoría de análisis se la define como un espacio de construcción y atravesamiento donde el hombre va conformando la subjetividad y la identidad social. (Castro, G: 1999).

 De ello se desprende que una de sus características esenciales se refiere al dinamismo de su construcción y a la influencia de aspectos que provienen de condiciones externas al individuo: factores socioeconómicos, políticos y culturales. En ese espacio el hombre conformará su subjetividad, esto es, el proceso de construcción del propio yo, que al decir de Castoriadis (1993) implica un proyecto social histórico. La subjetividad es algo que debe ser creado y mantenido habitualmente por el individuo. Este proyecto sobrepasa la intersubjetividad ya que pone en juego la autonomía psíquica de la persona y la existenciade pluralidades sociales con las normas y valores que son reflejo de cada etapa histórica.  

La identidad social, por su parte, se va formando a partir de la influencia que las instituciones dominantes ejercen en cada persona (Castro, G; 2000) Entre estas instituciones se incluyen: la familia, la educación, la religión, la sociedad civil (la política, medios de comunicación, instituciones sociales). A través de los procesos de socialización cada una de ellas transmite valores, actitudes, modos de actuar que cada persona incorpora como propio y actúa en consecuencia. De esta manera y a lo largo de su vida, cada persona podrá adquirir las identidades sociales que su propio desarrollo sociocultural le ofrezca. Ambas instancias, la subjetividad y la identidad social, comparten una esfera común de construcción: la vida cotidiana, la cual se manifiesta en los siguientes ámbitos de heterogeneidad: a) laboral; b) familiar; c) cultural; d) sociedad civil; e) personal (Castro, G;1999). Cada uno de estos ámbitos se relacionan entre sí, de modo tal que una alteración o modificación en alguno de ellos, impactará en la organización y desarrollo de los otros. Como afirma Rossana Reguillo (2000) “La vida cotidiana se constituye en un lugar estratégico para pensar la sociedad en su compleja pluralidad de símbolos y de interacciones”.

Observar los siguientes videos:




 

Actividad:

1- Leer el marco teórico publicado.
2- Con el objetivo de que puedan seguir conociendo sobre los consumos culturales, deberán realizar una entrevista a dos personas. Un adolescente y un adulto (mayor de 35 años), donde tendrán que hacerles entre 6 y 10 preguntas relativas a sus consumos culturales pasados y actuales (rock, shoppings, kioscos, bares, libros, comics, cines, discotecas, internet, facebook, chat, videojuegos, etc.). Primero desgravarán ambas entrevistas y luego deberán escribir una síntesis reflexiva final sobre consumos culturales destacando las cualidades y características que encuentren entre sus entrevistados. 
3- Subir la entrevista al blog o bien llevar el material en pendrive para verlo con el proyector.
4- Fecha de entrega: 31/10/16. Recuerden que los trabajos deben ser entregados en tiempo y forma.